
Isabel II y el sexenio
España en el siglo XIX
Caricaturas

Caricatura de Isabel II
Durante su reinado, Isabel II fue blanco de numerosas críticas reflejadas en caricaturas. Estas representaban a la reina como símbolo de corrupción, inestabilidad y favoritismos políticos. Muchas ilustraciones subrayaban su imagen de frivolidad o negligencia en el manejo de los asuntos de Estado, lo que intensificó el descontento popular y político, especialmente entre los liberales progresistas que cuestionaban la monarquía hereditaria. Estas imágenes contribuyeron a erosionar su prestigio y a preparar el terreno para su exilio tras la Revolución de 1868, conocida como "La Gloriosa"

Caricaturas del Sexenio Democrático
Publicaciones como La Flaca, una revista satírica liberal, usaban el humor gráfico para criticar los conflictos políticos y sociales de la época, incluyendo la frágil estabilidad de la Primera República Española. Estas caricaturas, a menudo republicanas y federalistas, mostraban con sarcasmo la pugna entre monárquicos, republicanos y carlistas, así como las promesas incumplidas de los nuevos regímenes. Reflejaban la esperanza de reformas democráticas, pero también el descontento con la continua división política y social.
Periódico
HOJA DEL DÍA — 14 DE SEPTIEMBRE DE 1869
1.-NOTICIAS DEL REINO
La Gloriosa y el Nuevo Gobierno
Madrid. - Continúa el debate en las Cortes Constituyentes sobre el futuro de la nación tras la Revolución de 1868. Los republicanos y los monárquicos debaten acaloradamente entre instaurar una república o buscar un nuevo monarca para el trono de España. Mientras tanto, Prim y Serrano insisten en la necesidad de reformas sociales y económicas que fortalezcan la unidad nacional.
Los Carlistas en Alerta
Pamplona. - Las provincias del norte, especialmente Navarra y el País Vasco, muestran indicios de agitación carlista. Los partidarios de Carlos VII critican abiertamente el gobierno liberal y amenazan con organizar nuevas insurrecciones en defensa de los fueros y la religión tradicional.
2.-EDITORIAL
Hacia un Nuevo Horizonte Democrático
España se encuentra en una encrucijada histórica. Los logros de la Revolución de 1868 nos han librado de un pasado corrupto y estancado. Sin embargo, el camino hacia la estabilidad democrática no está exento de peligros. Hacemos un llamado al consenso entre las fuerzas políticas para evitar divisiones que solo benefician a los enemigos del progreso.
3.-ANUNCIOS
"Gran Venta de Desamortización" — Aproveche esta única oportunidad de adquirir tierras del clero en excelentes condiciones. Preguntar en la oficina del Banco Nacional, calle Alcalá, núm. 15.
“Té de la India Oriental" — Importado directamente de Calcuta. Reconocido por sus virtudes digestivas. Disponible en la Botica de Don Ramón, plaza Mayor.
“Se Buscan Tipógrafos" — La redacción de este periódico requiere personal experto en el arte de la imprenta. Presentarse con referencias en nuestras oficinas, calle Serrano.
4.-SECCIÓN DE VARIEDADES
Ayer y Hoy: Se publicó en esta ciudad el primer ejemplar de "La Flaca", periódico satírico que promete no dejar títere con cabeza entre nuestros políticos.
Moda de Otoño: Se llevan los vestidos entallados y los sombreros de ala ancha decorados con plumas exóticas. Consulte las novedades en el taller de Madame Lucienne, calle Hortaleza.
Teatro Real: Esta noche se representa "Don Giovanni" de Mozart. Precios desde 2 reales.
Imprenta "El Español" — Madrid, 1869
Redacción

La Revolución de 1868, que derrocó a Isabel II, no logró estabilizar España debido a varios factores. El reinado de Isabel II estaba marcado por la corrupción, inestabilidad política y desastres militares, lo que deterioró su legitimidad. Además, la división interna entre liberales, moderados y absolutistas, junto con las derrotas en guerras y conflictos como la Guerra Carlista, debilitaron su apoyo.
Aunque la Revolución derrocó a Isabel II, no consiguió una solución definitiva. Los sublevados no estaban unidos en sus objetivos, y el gobierno provisional que surgió no logró consolidarse. La falta de consenso llevó a la breve República y, finalmente, a la restauración de la monarquía con Alfonso XII en 1874, lo que mostró que la Revolución no resolvió los problemas estructurales del país.